Ruta 40

Ruta 40, conectando Argentina de norte a sur

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La Ruta 40 es una de las carreteras más emblemáticas de Argentina, recorriendo al país en su extensión de norte a sur y ofreciendo un viaje lleno de paisajes impresionantes. Conozcamos más sobre esta ruta, cuyo recorrido se ha convertido en una experiencia turística de interés nacional e internacional.

 

Ruta 40, paisajes increíbles

Con más de 5,200 kilómetros de longitud, la Ruta 40 se extiende desde La Quiaca, en la frontera con Bolivia, hasta Cabo Vírgenes, en la provincia de Santa Cruz, tocando casi todas las provincias andinas del país.  A lo largo de su recorrido, atraviesa 11 provincias y ofrece una diversidad de paisajes que van desde las alturas de la Puna hasta los valles fértiles, pasando por desiertos y bosques patagónicos.

El gran atractivo de la Ruta 40 es la variedad de paisajes que se pueden encontrar a lo largo de su recorrido. En el norte, la ruta atraviesa la Puna y cruza paisajes desérticos y salinas. En este tramo del recorrido se puede visitar la Quebrada de Humahuaca, disfrutar de las coloridas montañas y de la cultura originaria.

Avanzando hacia el sur, la ruta pasa por la región de Cuyo, conocida por sus viñedos y bodegas. En Mendoza, los viajeros pueden explorar las famosas rutas del vino y conocer la cordillera de los Andes. Al cruzar por San Juan, un destino obligatorio es el Valle de la Luna, sitio conocido por su geología única.

A medida que se desciende por la Ruta 40, los viajeros llegan a la Patagonia, con sus lagos glaciares, bosques y montañas cubiertas de nieve. Bariloche es un destino popular para los amantes del esquí y el senderismo. Más al sur, El Calafate y el glaciar Perito Moreno, ofrecen una de las vistas más espectaculares de la Patagonia.

 

Cultura y gastronomía locales

Al recorrer la Ruta 40, los viajeros pueden conocer y experimentar la diversidad cultural de Argentina interactuando con comunidades originarias, descubriendo las músicas y danzas folclóricas, y disfrutando de la gastronomía local.

En el norte, los pueblos de la Quebrada de Humahuaca, como Tilcara y Purmamarca, ofrecen una visión de las tradiciones originarias y coloniales. La música folclórica, con sus ritmos andinos, y las festividades locales, como la Fiesta Nacional de la Pachamama, son experiencias culturales que no se deben perder.

En la región de Cuyo, los vinos y la gastronomía son protagonistas. Los viajeros pueden visitar las bodegas, participar en catas de vino y disfrutar de la cocina regional, que incluye delicias como el asado y las empanadas.

En la Patagonia, la influencia de los inmigrantes europeos se hace evidente en la arquitectura y la gastronomía. Bariloche, con su herencia suiza y alemana, ofrece una mezcla única de sabores y tradiciones. Los festivales de cerveza y el chocolate son eventos populares que reflejan esta herencia multicultural.

 

Planificación del viaje

Recorrer la Ruta 40 requiere una planificación cuidadosa, ya que es una travesía larga y puede presentar desafíos logísticos. Es importante informarse sobre el estado de las carreteras, especialmente en las regiones más remotas, y estar preparado para condiciones climáticas variadas.

Para aquellos que prefieren una experiencia organizada, hay numerosos tours y paquetes turísticos que ofrecen recorridos por tramos específicos de la Ruta 40. Estos tours suelen incluir transporte, alojamiento y actividades guiadas, proporcionando una forma cómoda y segura de explorar esta ruta icónica.

 

Como vemos, la Ruta 40 es más que una carretera; es un viaje épico que conecta a Argentina de norte a sur, ofreciendo una ventana a la diversidad y la belleza del país. 

Desde los desiertos del norte hasta los glaciares de la Patagonia, esta ruta ofrece una experiencia inigualable para los viajeros que buscan aventura, cultura y naturaleza. 

Ya sea conduciendo por cuenta propia o uniéndose a un tour organizado, recorrer la Ruta 40 es una experiencia que quedará grabada en la memoria para siempre.

 

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