Un equipo de paleontólogos argentinos ha descubierto una nueva especie de dinosaurio en el sur de Argentina. El hallazgo ha sorprendido a la comunidad científica nacional e internacional.
Sobre el hallazgo del dinosaurio
El descubrimiento de esta nueva especie de dinosaurio tuvo lugar en la provincia de Chubut. Se trata de una nueva especie de dinosaurio carnívoro que habitó la región hace aproximadamente 69 millones de años. La especie, denominada Kolekén inakayal, ha sido identificada a partir de restos fósiles encontrados en el Lago Colhué Huapi.
Este hallazgo increíble fue llevado a cabo por un equipo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en colaboración con paleontólogos de universidades y museos argentinos. El trabajo de campo y las investigaciones posteriores fueron liderados por el Dr. Fernando Novas, reconocido paleontólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales «Bernardino Rivadavia».
Pese a que el descubrimiento fue anunciado recientemente, los fósiles del dinosaurio Kolekén inakayal fueron desenterrados durante varias campañas de excavación que tuvieron lugar en los últimos años. Los estudios y análisis detallados de los restos fósiles tomaron varios meses, durante los cuales los científicos trabajaron minuciosamente para confirmar que se trataba de una especie desconocida hasta ahora.
Un descubrimiento importante
Los restos fósiles del Kolekén inakayal se hallaron en el Lago Colhué Huapi, una zona rica en fósiles ubicada en la provincia de Chubut, al sur de Argentina. Esta área es conocida por ser una región donde se han encontrado restos de dinosaurios previamente, habiendo revelado en cada ocasión diferentes tipos de especímenes que ayudaron a entender mejor la fauna prehistórica de la Patagonia.
Este hallazgo es importante ya que añade una nueva pieza al rompecabezas de la diversidad de dinosaurios carnívoros que existieron en América del Sur hacia el final del período Cretácico. Además, esta nueva especie aporta información valiosa a los científicos sobre la evolución de los terópodos, su distribución geográfica y sus adaptaciones evolutivas a través del tiempo.
Datos del Kolekén inakayal
Los restos del dinosaurio Kolekén inakayal brindaron información a los paleontólogos sobre su especie, estructura y hábitos.
Mediante el análisis de los fósiles se pudo determinar que se trataba de un terópodo de aproximadamente cinco metros de longitud, con una estructura ósea maciza y características distintivas en su cráneo y mandíbulas.
Los restos encontrados incluyen un cráneo parcial, vértebras y extremidades, lo que permitió a los investigadores reconstruir su apariencia y comportamiento con precisión. Se estima que este dinosaurio era un depredador activo, con adaptaciones específicas que le permitían cazar presas de gran tamaño.
Una de las características más intrigantes del Kolekén inakayal es la estructura de sus dientes, que muestran adaptaciones para desgarrar carne, similar a otros grandes terópodos, pero con diferencias sutiles que sugieren una dieta variada. Además, el análisis de las vértebras reveló que tenía una gran flexibilidad en el cuello, lo que le habría permitido moverse rápidamente y capturar presas con eficiencia.
El descubrimiento de esta especie amplía el catálogo de dinosaurios conocidos, pero también plantea nuevas preguntas sobre la biogeografía y la evolución de los terópodos en Gondwana, el supercontinente que incluía a Sudamérica, África, Antártida y Australia. El estudio de las similitudes y diferencias entre el Kolekén inakayal y otros terópodos de distintas regiones podrían ofrecer pistas sobre las rutas migratorias y los procesos evolutivos que moldearon la diversidad de dinosaurios en el Cretácico tardío.
Presentación ante la comunidad científica
Los especialistas dieron a conocer esta información a través de la revista Cladistics. La investigación sobre este ejemplar forma parte de un proyecto denominado “El Fin de la Era de los Dinosaurios en Patagonia”. Este proyecto es apoyado por la National Geographic Society y cuenta con la participación de más de 70 investigadores y becarios del CONICET, junto a colegas de otras instituciones a nivel nacional e internacional.
Tras la publicación de la noticia, la comunidad científica nacional e internacional expresó su entusiasmo, elogiando el trabajo del equipo argentino y subrayando la importancia de seguir explorando las áreas menos estudiadas para descubrir nuevas especies y enriquecer el conocimiento que tenemos sobre la historia de la vida en la Tierra.
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