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Hacía un minuto que los Oscar no tenían presentador. La última vez fue en 2018 con Jimmy Kimmel, quien también hizo de maestro de ceremonias durante la ceremonia que terminó con el trofeo a la Mejor Película casi yendo a la película equivocada. Desde entonces, por una variedad de razones, el programa se ha quedado sin anfitrión. No este año. La transmisión que ocurre a fin de mes ya tiene mucha controversia, pero al menos compensaron los tres años sin un presentador contratando, bueno, tres presentadores.
Ese trío es Amy Schumer, Regina Hall y Wanda Sykes, quienes fueron nombrados después de una larga búsqueda que incluyó a posibles anfitriones como Pete Davidson y los héroes de Solo asesinatos en el edificio. Entonces, ¿cómo es su química? Bastante sólido, a juzgar por la primera promoción del programa.
Los encuentra a los tres sentados en una mesa de cocina sacada de una película de Nancy Meyers, prometiendo hacerlo «mejor que el anfitrión del año pasado». ¿Quién fue el anfitrión del año pasado? Quienquiera que sea, bromea Schumer, «deben haber apestado». Solo Hall recuerda que no hubo un anfitrión el año pasado, ni el año anterior, ni el año anterior. «¡Auge! Ya estamos ganando”, bromea Sykes.
Es una promoción alegre para un espectáculo que ya está sumido en la angustia. Los productores, bajo la intensa presión de ABC para divertir un programa cuyos índices de audiencia se han desplomado, anunciaron que no transmitirían en vivo alrededor de un tercio de los ganadores, lo que generó muchas críticas. Pero incluso la mala prensa es buena prensa, ¿verdad? Lo sabremos el 27 de marzo.
(Calle Semanal de entretenimiento)
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